Una proporción significativa del éxito de cualquier organización depende de las personas que trabajan en ella. Y no se trata solo del nivel de profesionalismo y experiencia de los empleados, sino también de la racionalidad de la distribución de su tiempo de trabajo.
Este es probablemente uno de los problemas más complicados al que se enfrenta cualquier gerente. Puede encontrar especialistas altamente calificados, puede darles la mejor tecnología, materiales, instalaciones de producción (dependiendo de su perfil), puede promover su empresa y traerles una gran cantidad de clientes. Pero todo esto no funcionará si sus subordinados son irresponsables con respecto a sus deberes laborales. Las siguientes señales pueden evidenciar que se encuentra en esa situación nada envidiable.
Retrasos constantes y sistemáticos de los empleados al trabajo
El rígido régimen soviético es una cosa del pasado, y ahora en muchas empresas tratan con menos control el cumplimiento de los horarios laborales. Por una parte, es correcto, ya que la coacción rara vez da buenos resultados, pero también puede usarse como una prueba de fuego para determinar el grado de buena voluntad de sus empleados. Si usan tu lealtad solo algunas veces, no hay ningún problema. Si llegan tarde casi siempre, entonces es hora de pensar en implementar un control más serio.
Demora/retraso en la ejecución de pedidos/trabajos
Como muestra la práctica, el cumplimiento de cualquier orden o pedido a tiempo es una tarea bastante real. Más precisamente, casi todos los empleados pueden hacer su trabajo incluso antes, si se esfuerzan lo suficiente. Si retrasa o rompe los plazos, significa que su empresa tiene una atmósfera que fomenta la procrastinación.
Comentarios negativos sobre el trabajo de la empresa/empleados
Cualquier organización moderna funciona, en primer lugar, para sus compradores o clientes. Por lo tanto, su reacción debe ser para usted el principal indicador de la calidad de sus productos o servicios. Uno o dos comentarios negativos no es nada terrible, pero su aparición sistemática en cantidad excesiva es una buena razón para sospechar mala fe en los subordinados.
Disminución de los índices de rendimiento/ventas
Esto puede deberse al hecho de que sus empleados están sin hacer nada en el lugar de trabajo o se encuentran descontentos y, como resultado, se pierden clientes/compradores. Por supuesto, la desaceleración en los volúmenes de producción o ventas puede deberse a otras razones, pero desatender la posibilidad de una pereza excesiva de los subordinados definitivamente no vale la pena.
Fugas de infornación de la compañía
Este signo está relacionado con la irresponsabilidad de una manera algo diferente: la convicción de que la jefatura no aplicará ninguna sanción al empleado, incluso si se permite descuidar la ética corporativa. Y esta opción de irresponsabilidad también puede tener un impacto negativo en el estado de su organización, ya que cualquier información interna puede estar en manos de terceros en cualquier momento.
Se puede afirmar que al menos dos signos de los anteriores ya son una base razonable para cambiar la política de gestión. Esto no significa que deba despedir a los empleados actuales y contratar nuevos. Esto significa que no sería malo implementar un sistema de control adicional de los empleados que les enseñe a comportarse de una manera más responsable y organizada en el lugar de trabajo. De lo contrario, si mantiene los viejos métodos de trabajo con los subordinados, solo observará cómo estos factores se vuelven más y más profundos y tóxicos, destruyendo su empresa desde el interior.
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