¿Qué es el acoso?
Según el Centro de Recursos de Conexión con las Víctimas, el acoso es una conducta dirigida a una persona concreta que puede provocarle miedo a una persona razonable. Dicho patrón de conducta es peligrosamente común.
En 2021 se publicó la primera Encuesta Nacional sobre Acoso y Violencia en el Trabajo en Canadá. Las estadísticas que proporcionó sobre este tipo de comportamiento son a la vez esclarecedoras y peligrosamente generalizadas:
- El 65% de los encuestados experimentó al menos una forma de acoso y violencia en el trabajo;
- El 26,5 % de los encuestados sufrió al menos una forma de acoso en línea relacionado con el trabajo.
Y aunque el informe del que hablamos, es canadiense, sus conclusiones son válidas en todo el mundo. También hay que tener en cuenta la tendencia de las víctimas de acoso a guardar silencio sobre lo ocurrido. Además, a las empresas no les gusta sacar a la luz estos incidentes para evitar daños a su reputación. Por lo tanto, estas cifras podrían quedarse cortas.
Hoy vamos a tratar el tema del acoso en la oficina. Describiremos como nuestro software de monitorización de empleados Kickidler ayudó a investigar y prevenir un accidente relacionado con el acoso en la empresa de nuestro cliente. Así que, lo primero es lo primero.
El caso de nuestro cliente
Una pequeña empresa de TI (llamémosla N) contrató a un nuevo empleado, Gregory (el nombre es ficticio, por supuesto), como programador. Durante el proceso de incorporación, Gregory fue supervisado por Emily (también un nombre ficticio), que ya llevaba más de dos años trabajando en la empresa. Emily, que es una empleada muy responsable, le presentó a Gregory a sus compañeros, le ayudó a obtener todas las autorizaciones necesarias, le aconsejó sobre sus primeras tareas en Jira. En resumen, se aseguró de que Gregory se sintiera cómodo durante sus primeras semanas en el nuevo lugar.
Problema
El único inconveniente es que Gregory interpretó el comportamiento de Emily como atracción y empezó a tratar obstinadamente de llamar su atención en áreas no relacionadas con el trabajo. Las súplicas de Emily para que no se entrometiera en su espacio personal no sirvieron de mucho. Gregory siguió enviándole mensajes privados intrusivos y cada vez más amenazadores a través de mensajeros personales y, lo que es peor, acosándola cuando volvía a casa de la oficina.
Emily describió el comportamiento de Gregory como inquietante y perturbador. Sus acciones convirtieron su apreciado lugar de trabajo en una zona de tortura. Le advirtió que tendría que denunciarlo al Departamento de Recursos Humanos si no dejaba de acosarla, tras lo cual Gregory borró toda su correspondencia digital y procedió a escribirle mensajes tóxicos a ella y a sus conocidos desde cuentas falsas fuera del horario laboral.
Cuando finalmente Emily acudió a Recursos Humanos en busca de ayuda y se inició una revisión interna, Gregory lo negó todo y sostuvo que se le estaba calumniando y que Emily no tenía prueba alguna de las acusaciones que hacía contra él.
Solución
La situación parecía un callejón sin salida. Emily tenía que seguir soportando las proposiciones enfermizas de su nuevo colega o renunciar a su trabajo. Sin embargo, en el momento de la contratación, Gregory no prestó atención a la cláusula del contrato que establecía que “el Empleador tiene derecho a utilizar herramientas de supervisión para garantizar el cumplimiento de la política por parte del Empleado.”
Sí, ha acertado, la empresa N tenía instalado el software de supervisión de empleados Kickidler en todos los PC de trabajo de sus empleados. Eso significa que todos los registros de la actividad de los empleados, incluidas las grabaciones de vídeo completas de la jornada laboral y los registros de pulsaciones de teclas, estaban almacenados de forma segura en los servidores de la empresa, esperando pacientemente a que llegara el momento de que fueran de ayuda.
Gracias a la función Keylogger, la gerencia pudo revisar el historial de toda la correspondencia de Gregory y encontró todos los mensajes intrusivos que le había mandado a Emily. Y gracias a la función de grabación de vídeo en pantalla se demostró que Gregory le escribió estos mensajes específicamente a Emily y no a cualquier otro empleado. Los datos recopilados con Kickidler ayudaron a los directivos de la empresa a tomar una decisión justa y mantener en el equipo a una empleada valiosa (Emily).
Conclusión
Sin duda, para abordar los casos de acoso o intimidación en el entorno laboral de manera eficaz, es necesario establecer políticas empresariales adecuadas, educar a los empleados y crear un ambiente en el que los empleados se sientan libres para hablar e informar de cualquier preocupación sin temor a repercusiones. Pero aun así, todas estas cosas no son la panacea absoluta para este tipo de incidentes. A veces, el software de supervisión de empleados, específicamente Kickidler, puede ser el argumento definitivo en estas situaciones delicadas, ya que es la única solución en su campo que registra completamente todo el historial de actividad de los empleados en sus computadoras.
¿Tiene alguna historia interesante sobre la forma en que nuestro software de control de empleados Kickidler le ayudó a resolver sus problemas empresariales? Envíenos un correo electrónico a marketing@kickidler.com, y con mucho gusto las publicaremos, manteniendo la confidencialidad, si es necesario.