En una empresa mercantil pequeña apareció la persona enterada. En cuanto el departamento de ventas empezaba a trabajar con un cliente potencial, la empresa de la competencia le hacía una oferta más beneficiosa. En la empresa se vislumbró un fantasma de bancarrota.
El propietario sospechó que uno de los directores de ventas transmitía (por supuesto no gratis) los datos sobre los clientes de CRM a la empresa de la competencia. Primero pensaba que el problema era en una motivación insuficiente del personal. Aumentó los premios, trató de subir el tacto de codos. Desgraciadamente, no ayudó. Parecía que la empresa de competencia pagaba más por la información robada, y el ladroncillo desconocido robaba los negocios no sólo de si mismo, sino también de sus colegas.
Entonces el propietario de la empresa instaló el Kickidler y capturó al ladrón. Fue así.
Primero ajustó la violación. El CRM usado en la empresa durante la exportación de datos conserva la información en el fichero con un nombre determinado. Cuando el ladrón abre este fichero en Microsoft Excel, el mismo se visualiza en el encabezado del programa. Precisamente para estas palabras fue ajustada la violación en el encabezado.
Y al día siguiente en el diagrama de barras de violaciones apareció la anotación de que el ladrón decidió robar una porción siguiente de los negocios. El propietario marcó con un ratón el rango de tiempo un poco antes y un poco después de la violación y dentro de un minuto vio el vídeo, como los datos habían sido exportados del CRM y a quién habían sido enviados.
Pero lo principal era que entonces sabía qué empleado trabajaba para la empresa de la competencia. No vale la pena contar, qué pasó después, pero lo principal es que ahora la empresa tiene mucho más éxitos, que la empresa de la competencia mañosa.
¿Y en su empresa todos los empleados son honestos? ¿Quiere instalar el Kickidler?